martes, mayo 09, 2006


PROLOGO


Lírica entre dos siglos (Hago de este artículo de Ignacio Carvallo Castillo, el equivalente a un prólogo de mi Poemario “Y ALGO MÀS” – de mi autoría.


GALO ROLDOS GARCES.


Diario El Universo
Martes 22 de noviembre del 2005



Un trovador entre dos mundos, el anímico personal y el prosaico, de los agitados días. También un músico de la palabra galante, entre dos siglos. Tal, presencia y voz de Galo Roldós Garcés.

No menos valiente y franco, en la calle o en el recinto académico, cuando se trata de defender la cultura del Ecuador o Guayaquil.

Porque casi todos, a cuenta de educados medio mudos, dejamos pasar opiniones de extranjeros que ni por el forro conocen los libros que forman la cultura ecuatoriana.

Una vez no lejana, un foráneo no solo declaró ante un impávido público, sino que lo estampó en declaraciones periodísticas, que en Guayaquil no ha habido teatro… Pero al quedarse aquí, hacer plataforma para dinero y nombre, ha cerrado la boca. A su opinión del pasado la tendrá guardada bajo siete llaves.

Roldós no queda mudo cuando oye torpezas que con audacia se espetan en plena cara de los dueños de casa. Así lo ha hecho en varias ocasiones. Seguirá en su empeño por la verdad y la justicia y no deja pasar las ligerezas que revelan mala fe o desconocimiento de la trayectoria cultural de nuestra gente.

Su amor a Guayaquil y al suelo nacional lo sostiene y nutre con generosidad. En sus 17 poemas de este siglo (edición del año 2004), agradece a Dios por su regalo que le permite “caminar por la caliente arena tropical de nuestras playas”. Se va en alas del amor y la amistad a las rutas del ocaso reluciente. Y en verso y música siente la seguridad de que sus ideales no serán quimeras en el devenir del Ecuador donde tienen que hacer sus vidas y triunfos los hijos, los nietos y demás.

En cuanto a la música y al verso, Roldós Garcés dio su afiliación lírica con Guitarra nueva, en cuyo disco el mensaje se hizo voz en modulación de Margarita Arosemena. Antes de ese poemario circuló Cuaderno Viajero. Ahora estamos con versos breves y sencillos para esparcirlos como semillas de amor y amistad, en 17 conjuntos también afines a la música por la estructura intimista que los anima.

El poeta tiene la certeza de serlo. A la manera de Bécquer recuerda que "Es un cometa que cruza el Firmamento con la luz propia de aquella fuerza del destino que le ha dado una estrella que aún guía su camino"…

Evoca las varias y unitarias almas de Guayaquil, sus barrios como el Astillero, las edades del corazón –madre, hermanos, hijos – y los regalos de una divinidad que se reparte en generosos paisajes, sentimientos nobles e inocencias naturales.

Estamos con un poeta que en las calles de su amada Guayaquil enriquece su libro con emociones lozanas. Hace de cada día una página sencilla y diáfana. Para que la entienda y la sienta suya cada caminante, cada recién llegado. O cada retoño de manos claras y alta mirada, que viaje con nosotros en este gran abrazo de vida que es Guayaquil.